GUADALAJARA JAL. “Hasta que la muerte los separe”, hoy en día solo es una frase que ha perdido sentido para las parejas actuales, pues el contraer matrimonio en la casa de Dios y prometer que se estará junto al cónyuge en la pobreza y en la riqueza, en la salud y enfermedad, tal parece que simplemente es una moda, pues las solicitudes para la nulidad del matrimonio católico, cada vez son más frecuentes.

El padre Javier Santiago Dueñas, defensor del vínculo en el Tribunal Eclesiástico de la Diócesis de Tepic, explicó que en este año se ha visto un aumento en la disolución de matrimonios, aproximadamente del 30 por ciento, lo que considera que se debe a las facilidades que el papa Francisco, ha otorgado, para conseguir la separación.

El sacerdote comentó que anteriormente llevar a cabo un proceso de este tipo, duraba por lo menos tres años, pero hoy en día con los cambios y la mejora en este servicio, en tan solo uno, se hace la revisión del caso y a través de una sentencia la unión desaparece, dándole la oportunidad a las dos personas, que nuevamente puedan casarse por la Iglesia.

Tan solo en el 2017 han diluido 30 casamientos, siendo la principal razón la infidelidad, al igual que la inmadurez, incapacidad para buscar el bien común y la falta de responsabilidad por alguna de sus partes.

Para concluir, el cura Javier Santiago Dueñas, pidió a las parejas que no se separen, que solucionen sus problemas, que su amor siga sustentando su vida y dejen de lado sus intereses particulares, puesto que, los que Dios unió, no debería de ser separado por el hombre.