Cd. Juárez, Chihuahua. México .

Diciembre 22 de 2014    

 
 
 
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Sin Gafete


* La Ruana, entre balazos de la Gendarmería

* Otro fracaso para Galindo

A FINAL de cuentas no interesa si el comisionado Alfredo Castillo estaba en una junta oficial o acompañando a un amigo en una joyería.

Lo que resulta inaceptable es que la nueva policía, ese engendro conocido como "Gendarmería" que se quedó muy atrás de lo que nos habían prometido, estaba presente en la comunidad de La Ruana.

Es obvio que Michoacán sigue siendo "tierra caliente". Y que lo saben en el Gobierno federal, por eso es una de las cuatro primeras entidades donde habrá un mando único policial, según el anuncio presidencial.

Y que no hay una varita mágica, lleve el apellido que sea, que pueda resolver problemas ancestrales, miseria, inseguridad y hasta carácter social. Esto sin contar la infiltración del crimen organizado en todos los ámbitos, incluyendo el poder político. En Michoacán siguen presentes grupos criminales que solamente han sido golpeados por la Federación.

Recordemos que su líder, "La Tuta", sigue libre.

En esta suma de puntos rojos, cuando existen policías municipales que no han pasado un mínimo examen de confianza, y otros tipos armados a los que se implementó, de urgencia, como "autoridad", no podía esperarse mucho bueno.

Es más, conste que no soy fanática de la presencia de un Comisionado Federal, la contabilidad para juzgar a Alfredo Castillo debe ser al revés: Cuánto se ha evitado, cuántas muertes, cuántos enfrentamientos.

Lo cierto es que en La Ruana, que es conocida para millones de mexicanos por la celebridad que alcanzaron las llamadas "autodefensas", había presencia de la autoridad federal. Y que estos, cuando en Chilpancingo se dejaron dar latigazos para vergüenza de todos, dispararon a lo estúpido contra varios de los que, presuntamente, se enfrentaban.

Otra vez tenemos una pésima actuación de la policía federal. Porque eso son los integrantes de la Gendarmería, herederos de aquellos "hombrecitos de gris", que no eran sino soldados implementados como "policías" al inicio del sexenio de Vicente Fox.

De acuerdo a declaraciones de uno de los protagonistas, hubo muertos de ambos bandos, apodado "El Americano", de nombre Antonio Torres, fueron los de la Gendarmería los que dispararon. Y de esto habría pruebas suficientes por el calibre de los disparos.

¿Qué sucedió? En la respuesta más simple: Un agarrón a balazos. Por las razones que sean. Como dice Castillo, un asunto de particulares a quienes, pecado menor, el Gobierno federal ha dado portación de arma.

Esto sería preocupante, pero hasta cierto punto previsible cuando todo apunta en el país a un interesado aumento de la violencia y ha crecido la percepción social de impunidad a los transgresores de la Ley. Lo verdaderamente inadmisible es que hayan sido policías federales los que hayan disparado.

O sea que no sirven para nada. Disparan cuando no deben, matan a la gente, y no saben siquiera protegerse a sí mismos cuando es necesario. Un fracaso más para la larguísima lista de errores que lleva el jefe responsable, Enrique Galindo, y si me apuran también para Rubido y hasta Osorio Chong.

"No sabemos qué pasó, qué arreglo tenían los de la Gendarmería con el grupo de Hipólito porque cuando pasamos no nos imaginamos que iban a estar bien acomodados y nos iban a tirar" declaró Luis Antonio Torres a quien le mataron varios de sus seguidores.

Es terrible imaginar que millones de mexicanos tenemos una policía omisa, vulnerable y que actúa como sicario de cualquier grupo.

A los policías miembros de la Gendarmería les corresponde actuar como elemento disuasivo, poner orden, evitar enfrentamientos y transgresiones a las leyes. Son garantes de que exista paz, orden en comunidades frágiles por su situación social y la ausencia de policías locales eficientes, para eso se les manda.

Ahora resulta que tomaron partido por un grupo y dispararon contra otros.

De esto, en verdad es indispensable, nos debe dar una explicación el señor Galindo. Por lo menos él aunque la responsabilidad es de todos sus jefes.

Castillo, esto es incuestionable, no accionó un arma contra ninguno. Los policías sí lo hicieron de acuerdo a versiones de las víctimas que, como sabemos, en este tipo de enfrentamiento tienen mayor credibilidad que la autoridad presente.

Esto es lo que no puede pasar...

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