Cd. Juárez, Chihuahua. México .

Octubre 27 de 2014    

 
 
 
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Galimatías...


Bulling o acoso escolar: ¿Intimidación?

LA PALABRA “Bullying” no existe en el Diccionario de la Real Academia Española, pero es innegable que si existe al interior de las escuelas de todo el mundo y que ahora se presenta como una palabra de “moda” más que una nueva conducta.

Es decir el acoso escolar ha existido desde hace mucho tiempo al interior de la vida cotidiana de las instituciones educativas sin embargo, la práctica y el estudio de esas experiencias sensibles han destacado en su estudio actualmente por tratarse de un problema que rompe con los esquemas de violencia que han sido planteados por organizaciones que buscan la paz como un instrumento de recomposición social.

La palabral “Bullying” tiene su origen en el idioma inglés y que significa intimidación. Para ser más precisos, necesitamos reconocer sus significados porque no todo lo que se plantea como tal, es en sí un acoso.

En el ejercicio del “Bullying” participan diversos actores, los cuales hay que reconocer para hacer un diagnóstico integral. También, para ser más precisos, los actos para identificar la existencia del acoso tienen que cumplir con dos características que se manifiestan de forma conjunta: es una acción repetitiva y tiene como propósito el empoderamiento de quien lo ejercita.

El papel de los alumnos, profesores, directivos y la familia son vitales para entender en primera instancia el “Bullying” y en segundo para tratar de resolverlo en un clima de negociación más que de “control”. En el primer caso, una mirada, una palabra, una expresión, no significan un acto de intimidación, sin embargo no dejan de ser un acto que debe permitirse.

La reiterada acción en su conjunto, es decir una palabra hacia una persona dicha en forma recurrente (o una acción de intimidación) pasa de un hecho aislado a formar parte de del primer elemento del “Bullying”: es un acto repetitivo. Para completar la pinza, si ese acto busca el poder de una parte sobre el otro, entonces ya tenemos en sí una conducta de abuso escolar y allí las partes en su conjunto tendrán que resolver.

Datos periodísticos, señalan que México ocupa el primer lugar a nivel internacional de abuso escolar a nivel secundaria. De ser cierto este informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), tenemos un grave problema social que es más grave de lo que se piensa y que tiene raíces en el ciclo anterior: a nivel primaria.

¿Cómo estarán los otros niveles de educación? Al preguntar en una escuela del sur oriente de Ciudad Juárez si los profesores recibían una capacitación oficial propia de la Secretaría de Educación Pública (SEP) o bien si tenían materiales, libros, folletos de la SEP para ayudar a los docentes en su participación para intervenir en casos detectados de “Bullying” la respuesta fue “NO”.

Es decir, a pesar de los discursos oficiales y las palabras del propio Secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet , se quiere trabajar sobre el terreno, pero las acciones no llegan a la periferia del país, así como tampoco han llegado los apoyos tecnológicos para los niños de quinto y sexto grado, las llamadas “tabletas”.

Los discursos dan esperanzas, sin embargo el incumplimiento de los compromisos lastiman más la desesperanza de quienes tienen un rol primordial: mejorar las condiciones de la educación como una inversión en el México moderno. Sería bueno que los asesores del Secretario de la SEP se dieran una vuelta para cumplir con las instrucciones de Don Emilio Chuayffet y que las palabras se conviertan en acciones.

El papel de los padres de familia es percatarse si sus hijos (o los nuestros) son agresores o son agredidos en cualquiera de sus manifestaciones del “Bullying”.

Una observación simple como percatarse si los niños lloran al regresar a la casa después de asistir a la escuela, si se resisten a participar en las actividades escolares, si les afecta o no los cambios en las relaciones sentimentales de pareja, si notan cambios emocionales durante el ciclo escolar y si las conductas que tienen en la escuela son diferentes a las que expresan en la casa.

Sus hijos pueden ser agresores o estar sufriendo conductas de acoso escolar. En conclusión, el acoso escolar tiene manifestaciones desde el seno familiar que se transportan al ámbito escolar. El papel principal de formación del ser humano sigue siendo la familia, recuérdelo, no es la escuela, sino Usted que lleva en su seno lleva la miel de los deseos de una mejor sociedad y un mejor mundo para sus hijos.

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