BROOKLIN DECKER sigue esa huella de aquella época que quedó marcada en la "Naranja Dulce", canción infantil que ya se ha hecho tradicional y en la que, en un fragmento, se canta:
“…Toca la marcha, mi pecho llora
adiós señora yo ya me voy
a mi casita de sololoy
a comer tacos y no les doy”.